Siempre me ha llamado la atención el proceso necesario para que una publicación vea la luz: desde los booklets de cada disco que ha sido el soundtrack de mis días en algún momento, pasando por las revistas que he ido comprando según mi edad e intereses incluso cuando tenía once años, hasta los libros que a muchos nos permiten soñar y conocer, adueñarnos de historias que de otra manera sentiríamos ajenas. El pensar que todo el contenido y el proceso creativo depende de una idea básica me hace pensar en "El Origen" de Christopher Nolan, remontándonos a los sueños que de una forma u otra dictan las decisiones que tomamos para cambiar nuestros caminos a placer; de algo tan simple y único se va creando un universo que con el trabajo de todo un equipo se traduce en páginas para deleitar nuestra mente con las ideas que encontramos plasmadas, nuestra vista por las imágenes que lo complementan, nuestros dedos al ir cambiando de página para hacernos conocedores de más información y a su vez presas de la ansiedad por querer saber qué está por venir sin pasar por alto la textura del papel deslizándose suavemente, de vez en cuando absorbiendo la tinta con la que resaltamos los fragmentos que nos conmueven, nos tientan o enternecen y en algunos casos -como ocurre conmigo- dando recuerdos a nuestro sentido del olfato para perderse en esas hojas que según la época, el material y la impresión se conjugan en tantas variantes que me han hecho imposible hojear cualquier impreso sin sentir la necesidad de olerlo.
Este año que está por concluir han pasado un sinnúmero de cosas en cuanto a mí respecta, pero no podía acabarse sin dar cosas dignas de escribirse y por supuesto, celebrarse...
Me complace anunciarles que a partir de hoy estaré colaborando como redactora en Grupo Gin Media, casa de publicaciones como El Gourmet (que recuerdo exquisitamente por un especial sobre la vainilla que compré hace algunos años, cuando la cocina comenzaba a ser un gusto consciente en mi paladar), Open y Playboy por mencionar algunas. No hace falta que haga un preámbulo sobre el último título; todos sabemos la historia de la revista de las conejitas que pese a haber estado adelantada a su época, sigue viva y moviendo el rabito, creciendo y abarcando más terreno en una sociedad que parece estar cada vez más despierta y menos ausente ante temas que se castigaban o casaban vergüenza, por decir lo menos.
En verdad es un gusto poder formar parte de esta casa que me da la oportunidad de soltarme el cabello para dar rienda suelta a lo que todos disfrutan pero pocos se atreven a decir. Sé que será un reto personal, sin embargo tengo la misma fe en esto que quienes han confiado en mí para esta tarea y con la mejor de las sonrisas estoy dispuesta a hacer cuanto esté entre mis manos para dar los mejores resultados desde el primer día.
Dicen que las cosas ocurren en el momento indicado, dicen que quien no se atreve nunca gana y dicen que la vida no se detiene a esperarte, ni repite oportunidades, así como un montón de frases armadas que no vale la pena recordar si no se tiene el compromiso de dar lo mejor de sí a cada respiro. Yo lo tengo, conmigo misma y con quienes me rodean y me extendieron la mano. Así que literalmente salto de emoción ante todas las experiencias que sé están por venir, sin mirar atrás y sin pena alguna... es momento de crecer y de superarse en todo sentido.
Desde que inició este año, uno de mis propósitos era escribir un libro, pero ya que las reglas están hechas para romperse, vamos a divertirnos juntos ¡A festejar!

Comentarios
Publicar un comentario